Dos Teresas unidas por las marismas

M. X. BLANCO   (La Voz de Galicia  10 oct 2018).  Foto:  Marcos Creo.

Sus estilos son muy diferentes, pero comparten el mar como fuente de inspiración

Comparten protagonismo esta temporada en la casa de cultura Raquel Martínez Soler y, aunque no es difícil identificar los cuadros de cada una, puesto que sus estilos son diferentes, Teresa González y Teresa Argibay tienen algún que otro punto en común. El más destacado, una pasión por el mar que trasladan a sus pinturas en forma de marismas. Las dos artistas barbanzanas se conocieron en una exposición y entre ellas surgió una amistad que las ha llevado ahora a aliarse para mostrar al público su obra.

Para Teresa González es la quinta exposición y eso que reconoce que empezó tarde en el mundo del arte, pues tenía los 50 cumplidos: «Sempre me gustou a pintura, pero teño dúas fillas con diversidade funcional e non tiña tempo. Cando empecei a gozar dunhas horas animeime a probar cunha amiga e gustoume tanto que xa non parei». Ahora, con 63, ya presume de haber evolucionado y ampliado su abanico de temas: «O mar é un eixo fundamental para min, pero tamén me gustan as postas de sol, os bodegóns, as casas…».

Eso sí, no duda a la hora de elegir un color: el azul. Por la predominancia de este tono y por el gran tamaño de sus cuadros, pues son óleos realizados con espátula, no es difícil adivinar cuáles son los trabajos que Teresa González aporta a la colección que se puede ver en la casa de cultura de A Pobra, la cuna de esta artista. Ha cedido también una marisma a Barbantiarte, la muestra colectiva que se exhibe en el Museo do Gravado de Artes.

Teresa González asegura que la pintura se ha convertido en una parte fundamental en su vida: «É a distracción que teño. O coidado das miñas fillas non me deixa moito tempo libre e o que teño dedícollo a esta afección. Cando elas non están, pásome as horas pintando». Y aunque ahora ya cuenta con una dilatada trayectoria, la pobrense sigue mejorando su formación durante el invierno, de la mano de Amparo Fuentes, y en verano, con el rianxeiro Raúl Gil Burés. Exponer es para ella la mejor forma de redondear el proceso: «Non busco tanto vender os cadros, pois ás veces ata me da mágoa que os merquen, como amosar o que fago».

 

De la acuarela al óleo

Y en estas ganas de compartir su afición con el gran público, Teresa González coincide con su tocaya Teresa Argibay, que fue la que planteó la posibilidad de montar esta exposición conjunta: «De lo que se trata es de dar a conocer nuestra obra, de que la gente vea lo que hacemos y saber así si los trabajos tienen aceptación, que siempre es interesante». En su caso, esta vecina de Palmeira comenzó su carrera artística siendo adolescente: «Recuerdo que tenía unos 14 o 15 años cuando me regalaron una caja de acuarelas y, como me gustaba ese mundo, empecé a pintar». Con el paso del tiempo, se pasó al óleo: «Todo el mundo me decía que era más fácil y decidí probar».

Al comparar los dos estilos encontró, como ocurre casi siempre, ventajas y desventajas en cada uno de ellos: «El óleo te permite las rectificaciones que quieras, mientras que la acuarela no, y sus colores son mucho más intensos. Eso sí, considero que los cuadros pintados con acuarela son más finos y elegantes».

En la casa de cultura pobrense, Teresa Argibay muestra varios trabajos de cada estilo y también de temáticas muy diversas: «Nunca abandono las marismas que, aunque sé que se trata de un tema muy recurrente entre los artistas, me encantan; pero también tengo otoños, figuras humanas y últimamente me estoy decantando por los paraguas». Sus cuadros son, además, de pequeño formato y casi todos están realizados con pincel.

Con sus diferencias y similitudes, las dos Teresas persiguen el mismo sueño de difundir su obra, aunque solamente sea entre el público que tienen más próximo.

 

La exposición. Las obras de Teresa González y Teresa Argibay estarán en la casa de cultura pobrense hasta finales de mes.

Aportaciones. González exhibe óleos de gran formato y Argibay, óleos y acuarelas.